El Parlamento de Hungría aprobó este lunes una polémica enmienda constitucional que permite al gobierno prohibir actos públicos organizados por comunidades LGBT+, como el Orgullo de Budapest, y habilita el uso de reconocimiento facial para identificar a los asistentes. La decisión fue avalada por 140 votos a favor y 21 en contra, impulsada por el partido gobernante Fidesz del primer ministro Viktor Orbán.
La nueva legislación declara que los derechos de los niños al desarrollo moral, físico y espiritual están por encima de cualquier otro, excepto el derecho a la vida. Además, fortalece medidas que ya impedían mostrar o promover contenido relacionado con la homosexualidad a menores de 18 años.
El cambio constitucional también establece que solo existen dos sexos: masculino y femenino, invalidando así identidades de género trans y la existencia de personas intersexuales. Organismos de derechos humanos y juristas han calificado la medida como una violación a los derechos civiles y un avance autoritario del régimen de Orbán.
La enmienda fue aprobada en medio de protestas. Diputados opositores intentaron bloquear la sesión y usaron bocinas para interrumpir la votación. La policía retiró a manifestantes que se ataron entre sí con bridas en los accesos al parlamento.
Críticos consideran que estas reformas no están relacionadas con la protección de menores, sino que buscan fortalecer la base conservadora del gobierno de cara a las elecciones de 2026, mientras la oposición gana terreno en las encuestas.
Con esta decisión, suman ya 15 las enmiendas hechas a la Constitución húngara desde que el partido de Orbán la redactó y aprobó de forma unilateral en 2011.
