Sonora, 13 de enero de 2025. Las declaraciones del gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, durante un evento con policías del estado, han causado indignación al afirmar que el 97.2% de las víctimas de homicidios en la entidad “se pusieron a sí mismas en un entorno de riesgo” debido a sus actividades ilegales.
En un discurso que ha sido duramente criticado, Durazo no solo señaló que las víctimas fueron responsables de su muerte, sino que extendió la culpa a sus familias por no haber evitado los riesgos. Según él, las víctimas habrían “creado un entorno violento” a lo largo de sus vidas, justificando así la violencia en su contra.
Estas declaraciones son un descarado intento de exonerar a las autoridades y desviar la atención de la creciente inseguridad en el estado. Al responsabilizar a las víctimas, Durazo ignora el verdadero problema: la incapacidad de su gobierno para combatir a los criminales que controlan la región.
En lugar de centrarse en las víctimas y sus familias, el gobernador debería estar enfocándose en garantizar la seguridad y justicia que las y los sonorenses merecen. Pero parece ser más fácil culpar a los afectados que asumir responsabilidad por la falta de acciones efectivas. Las palabras de Durazo no solo revictimizan, sino que demuestran un total desdén por la vida y la seguridad de su gente.
Con información de PROCESO