Morelia, Michoacán 18/09/2024
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) está atravesando una etapa crítica en Michoacán, marcada por una serie de movimientos internos que reflejan su debilitada posición en la política estatal. La reciente decisión de expulsar a tres exmilitantes, incluyendo a figuras que ya habían renunciado como Gloria Tapia Reyes y Xóchitl Ruiz González, destaca una serie de problemas estructurales y estratégicos dentro del partido.
El presidente estatal del PRI, Guillermo Valencia Reyes, ha impulsado el proceso de expulsión, argumentando que la medida es necesaria para “depurar” al partido y mantener a aquellos que están comprometidos con sus principios. Sin embargo, este enfoque podría interpretarse como un intento de consolidar una base leal en lugar de abordar los problemas más amplios que enfrenta el PRI, como la pérdida de liderazgo y apoyo popular.
La expulsión de Tapia Reyes y Ruiz González, quienes han migrado a otras formaciones políticas, como el PVEM, subraya una tendencia preocupante: la fuga de figuras importantes y la erosión de la influencia del PRI. Este fenómeno no solo debilita la estructura del partido, sino que también pone en evidencia su incapacidad para retener a sus principales líderes.
Valencia, en su discurso, enfatizó la diferencia entre una renuncia y una expulsión, indicando que con la expulsión se busca evitar el regreso de los exmilitantes. Esta estrategia, sin embargo, puede ser vista como una medida reactiva ante la pérdida de apoyo y no como una solución a los problemas fundamentales que enfrenta el partido.
Además, la falta de transparencia al no revelar los nombres completos de los expulsados plantea dudas sobre la claridad y consistencia del proceso interno. Aunque el PRI pretende reconfigurarse como una alternativa política viable para 2027, el partido parece estar en una etapa de introspección que limita su capacidad de expansión y renovación.
Con la creciente influencia de Morena y otros actores políticos en el estado, el PRI deberá enfrentar desafíos significativos para recuperar su relevancia y competir efectivamente en las próximas elecciones. Sin una estrategia sólida y una renovación profunda, el partido podría enfrentar una mayor erosión de su base política y liderazgo en los años venideros.