Morelian Mich., 20/08/2024
En medio del bullicio de un fin de semana común, se hizo público el dictamen de la Reforma Judicial, que promete cambiar el rostro del sistema judicial mexicano. Entre los cambios más controvertidos se encuentra la renovación total del Poder Judicial en dos fases, programadas para 2025 y 2027, con una “novedosa” modalidad de elección que incluye una tómbola para seleccionar candidatos.
La reforma establece que, para ser juez o magistrado, ya no será necesaria la experiencia laboral previa, y se eliminan requisitos como el límite de edad de 35 años. Los aspirantes deberán tener un promedio mínimo de 8.0 en su licenciatura en derecho, y un 9.0 en materias relacionadas al cargo.
Además, los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) no elegirán a su presidente; en cambio, la presidencia será para quien obtenga más votos, rotando cada dos años. Las boletas electorales también cambiarán, obligando a los votantes a escribir a mano el nombre del candidato de su preferencia.
Estos ajustes han generado críticas, especialmente por la eliminación de barreras que tradicionalmente aseguraban la experiencia y competencia en los cargos judiciales. La nueva estructura de elección, que reduce el número de candidatos por cargo y permite el uso de una tómbola para depuración, ha sido señalada como un riesgo para la integridad del sistema judicial.
Mientras tanto, se implementarán comités de evaluación para analizar a los aspirantes, conformados por representantes de cada poder (Judicial, Congreso y Ejecutivo), con criterios y mecanismos que aún generan confusión y preocupación.
Esta reforma no solo redefine los requisitos para ser juez, magistrado, o ministro, sino que también establece un nuevo Tribunal de Disciplina Judicial, encargado de vigilar y sancionar a los funcionarios judiciales, con facultades que incluyen desde la amonestación hasta la destitución.
El debate sobre estos cambios apenas comienza, y el impacto que tendrán en el sistema judicial mexicano está por verse. Lo que es seguro es que esta reforma marca un antes y un después en la historia del Poder Judicial en México.
Sin embargo, la pregunta es… Con todo lo anterior, ¿se garantiza que ya no habría corrupción en el Poder Judicial?