Autor: Tony Michoacán
Comenzacemos por el principio…. Adelantando (así de tajante) que el reciente agandalle de Alejandro Moreno en el PRI ha dejado claro el futuro inmediato del partido: Convertirse en un “Partido Satélite” de Morena.
El “PRI de Alito” pasará de ser un partido protagonista a un partido complemento, un “partido satélite” del nivel del Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde, negociando respaldos a cambio de favores y posiciones. La existencia del “PRI de Alito”, se reducirá a la negociación de dádivas y recursos, enterrando definitivamente al poderoso PRI que, hace apenas una década, gobernaba más de 20 estados.
Lo que es evidente es el objetivo de Alejandro Moreno, simplemente, asegurarse de disponer cientos de millones de pesos en prerrogativas y negociaciones, sin importar el origen o las traiciones que se tengan que hacer. Esa es la reputación que hoy tiene el PRI. Este enfoque mercenario está provocando la desintegración del priismoo, con cuadros y liderazgos abandonando el barco, incluyendo a muchos priistas michoacanos, que seguramente se unirán a otros proyectos y fuerzas políticas.
Justo en este contexto, el PAN no debe, bajo ninguna circunstancia, considerar una nueva alianza con el “PRI de Alito”. Después del tsunami electoral del 2 de junio, la oposición vive un momento de opacidad, los partidos tradicionales se están diluyendo. Sin embargo, esta crisis también presenta una oportunidad histórica para que el PAN se reinvente y se consolide como una verdadera fuerza opositora.
El PAN ha anunciado una convocatoria para su renovación, aunque persisten dudas sobre si el michoacano Marko Cortés seguirá la misma estrategia fallida de Alito Moreno.
Porque, seamos claros, hoy en día, el PAN ha perdido la identidad y la personalidad de un partido conservador, de clases medias, todo lo que le dio personalidad, ya no se sabe que es bien a bien, que es el PAN, muchos se sorprendieron (yo incluido) porque mucha clase media votó por Morena el pasado 2 de junio, pero el motivo es claro… Ya no se sienten representados.
La actual dirigente en Michoacán, Cuquita Cabrera, aunque me consta que es una excelente persona, no encarna el liderazgo feroz que los tiempos actuales demandan. El PAN debe consolidarse con una visión clara de oposición, incluyendo atraer los liderazgos que están abandonando el PRI, pero manteniendo una postura más firme en la derecha.
Por otro lado, si la esperada renovación del PAN recae en personajes que siguen el mismo patrón de Marko Cortés, el partido se diluirá y estará condenado al fracaso.
Muchos liderazgos panistas podrían migrar a opciones más derechistas, como el emergente “Frente Cívico Nacional”, encabezado por promotores de la “Marea Rosa”. Este movimiento que busca consolidarse como un nuevo partido político, o en su defecto, como en “Tierra de Ciegos, el Tuerto es Rey”, muchos panistas podrían considerar irse tambien a Movimiento Ciudadano.
En resumen, el PAN está en una encrucijada determinante. Lo que si debe quedar claro es evitar a toda costa cualquier alianza política, con el “PRI de Alito”.
Aunque en Michoacán ya están pidiendo una “negociación” anticipada, la misión del PAN nacional y estatal es, enfocarse en redefinir su identidad y fortalecer su base. Es hora de que el PAN se mire en el espejo y decida si quiere ser un verdadero león de oposición o continuar en su camino hacia la irrelevancia.