Morelia, Mich., 04/07/2024
El próximo domingo 7 de julio, la Asamblea Nacional del PRI aprobará una controvertida reforma a sus estatutos que permitirá al actual presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), Alejandro Moreno Cárdenas, perpetuarse en el cargo hasta 2032. Esta decisión ha generado un gran debate y preocupación entre los analistas políticos y la militancia del partido, quienes ven en esta medida un potencial golpe fatal para el futuro del PRI.
De acuerdo con los dictámenes publicados por EL UNIVERSAL, las comisiones dictaminadoras propondrán a los delegados de la asamblea modificar el artículo 178 de los estatutos priistas. Esta reforma derogará la prohibición de reelección de las dirigencias a nivel nacional, estatal y municipal, permitiendo a Moreno Cárdenas y a otros líderes del partido ser reelectos por hasta tres periodos consecutivos de cuatro años.
Actualmente, los estatutos del PRI establecen que los titulares de la Presidencia y la Secretaría General electos para los Comités Ejecutivo Nacional y Directivos de las entidades duran en su función cuatro años, sin posibilidad de reelección. Sin embargo, con la nueva modificación, estos líderes podrán extender su mandato por hasta 12 años, lo que algunos críticos interpretan como un intento de consolidar el poder y sofocar la renovación necesaria dentro del partido.
La exposición de motivos del dictamen argumenta que la elección consecutiva es una medida necesaria para la modernización y fortalecimiento del PRI, promoviendo la profesionalización y la culminación de programas y proyectos. No obstante, esta visión optimista contrasta con la realidad política actual, donde la falta de renovación y el estancamiento en las mismas figuras de poder han sido señalados como factores que han contribuido a la pérdida de relevancia del partido.
La justificación de la reforma también señala que la continuidad en los cargos partidistas puede fomentar una mayor profesionalización y un vínculo más estrecho con la militancia. Sin embargo, muchos dentro del partido y fuera de él ven esta medida como un intento de aferrarse al poder y evitar el surgimiento de nuevos liderazgos que puedan revitalizar al PRI.
Con esta reforma, el PRI corre el riesgo de alejarse aún más de las demandas de su base y de la ciudadanía en general, quienes claman por transparencia, democracia y renovación. La perpetuación de Alejandro Moreno Cárdenas en el poder podría, en lugar de fortalecer al partido, sepultarlo bajo el peso de una estructura rígida y desconectada de la realidad política y social de México.
La Asamblea Nacional del PRI, que se llevará a cabo el 7 de julio, será un punto de inflexión crucial. Si bien la reforma puede ser vista como una estrategia para consolidar el liderazgo actual, también puede ser el último clavo en el ataúd de un partido que lucha por mantener su relevancia en un panorama político cada vez más competitivo y cambiante.