Chiapas, México – La violencia entre los cárteles en Chiapas ha alcanzado un nuevo nivel de brutalidad tras un enfrentamiento entre el Cártel de Sinaloa (CDS) y el grupo autodenominado Cártel de Chiapas y Guatemala, presuntamente ligado al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Durante el fin de semana, los cuerpos de 30 sicarios abatidos fueron encontrados en avanzado estado de descomposición en Jaltenango de La Paz, Chiapas.
🔥🚨 Narcoguerra en Chiapas: Hallan 30 Cuerpos de Sicarios Tras Violento Enfrentamiento.
— RedMichoacán (@RED_Michoacan) July 2, 2024
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El enfrentamiento se registró el domingo, cuando los sicarios del CDS se enfrentaron a sus rivales en un sangriento choque que dejó decenas de muertos. Los cadáveres fueron abandonados en un camión de volteo, el mismo vehículo que aparece en un video difundido por el CDS, donde presumen la derrota de sus enemigos.
La macabra escena fue descubierta por los pobladores locales, quienes rápidamente pidieron a las autoridades que retiraran los cuerpos, ya infestados de gusanos. La situación ha generado alarma y consternación en la comunidad, que exige una pronta intervención gubernamental para manejar los restos y prevenir riesgos sanitarios.
Medios locales han reportado que la mayoría de los sicarios muertos eran guatemaltecos, miembros de un grupo que llegó a Chiapas para reforzar a Ataulfo López Flores, una figura clave en el conflicto. López Flores, quien también sufrió la pérdida de su hija candidata a la alcaldía de La Concordia en un ataque reciente, ha sido un objetivo en esta feroz batalla por el control territorial.
La pugna entre el Cártel de Sinaloa y el CJNG se ha intensificado, con este último tratando de camuflarse como un nuevo grupo denominado Nuevo Cártel de Guatemala y Chiapas. Esta estrategia busca desviar la atención pública y minimizar el rechazo de los habitantes, quienes han sufrido bajo los crímenes y extorsiones del CJNG. Contrariamente, cuando los sicarios del CDS hacen su aparición, la población local ha llegado a aplaudirles, cansada de los abusos cometidos por sus oponentes.
La Narcoguerra en Chiapas continúa dejando un rastro de muerte y destrucción, mientras las autoridades luchan por contener la violencia y restaurar el orden en una región azotada por el crimen organizado.
