Es urgente que se defienda el lugar que le corresponde a México en el mundo, y para ello resulta crucial cuidar al cuerpo diplomático mexicano en el exterior, es decir que sean personas preparadas y con las capacidades necesarias para representar a nuestro país en el extranjero, y no “amigos” y “compadres”.
México no puede estar del lado de los gobiernos que violentan los derechos humanos, que reprimen y violentan a las personas y a sus posesiones, México debe impulsar una agenda exterior de respeto, pero determinada a promover las libertades y derechos.
Además vamos a trabajar desde el Senado de la República para recomponer la imagen de México en el mundo, que ya no nos vean como el país de la inseguridad.