- La Iglesia Bautista Monte Sión, en Tamaulipas, México, se encuentra en el epicentro de una polémica religiosa que ha desatado la indignación masiva de católicos romanos no solo en México, sino en toda Iberoamérica y el resto del mundo.
- Un pastor de esta iglesia tomó la controvertida decisión de reunir la imagen de la Virgen de Guadalupe, patrona de México para los católicos romanos, y la imagen de la “Santa Muerte”, utilizada por cultos satánicos en México, para posteriormente destrozarlas frente a los fieles.
Tamaulipas, México, 6 de enero de 2024 | En un acto que ha sacudido la sensibilidad religiosa, el pastor, ante los ojos atónitos de los presentes, empleó un hacha para romper la imagen de la Virgen de Guadalupe, considerada sagrada por millones de creyentes católicos. La Virgen de Guadalupe es venerada como la patrona de México y representa la primera aparición mariana en el continente americano, ocurrida en las faldas del cerro Tepeyac.
🔴 En Tamaulipas, Pastor destroza con un Hacha, imágenes de la Virgen de Guadalupe y "Santa Muerte"
— RedMichoacán (@RED_Michoacan) January 7, 2024
"Pastor" de la Iglesia Bautista Monte Sión, en Tamaulipas, desató la indignación masiva de católicos de México y el resto del mundo.
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La acción del pastor no solo ha generado indignación entre los católicos, sino que también ha avivado la tensión histórica entre católicos y protestantes en el país. En el contexto religioso, el gesto del pastor refleja la perspectiva de muchos protestantes, quienes consideran la veneración de la Virgen María como herejía e idolatría.
Además, algunas corrientes protestantes perciben las apariciones de María en todo el mundo como eventos demoníacos. La Aparición de Guadalupe no escapa a esta controversia, y la destrucción pública de su imagen ha desatado una ola de críticas no solo en el ámbito local, sino también en el ámbito internacional. La polémica surge en un momento crucial para México, cuando el país se acerca a los 100 años de los eventos que marcaron el inicio de la Guerra Cristera, un conflicto armado entre el gobierno y sectores católicos que buscaban defender sus derechos religiosos.
Curiosamente, esta situación se desarrolla mientras las comunidades bautistas, evangélicas y protestantes en México continúan experimentando un crecimiento sostenido, lo que añade un matiz adicional a la tensión religiosa que persiste en la nación. Este incidente abre un nuevo capítulo en el diálogo interreligioso en México, planteando desafíos para la convivencia pacífica y la tolerancia religiosa en un país caracterizado por su diversidad espiritual.
