Cuando las várices son tratadas en forma oportuna, es decir, al comienzo de la aparición de “arañitas” en las piernas, existen altas posibilidades de evitar la cirugía, advirtió en entrevista la especialista en angiología y cirugía vascular y endovascular, doctora Sué Tatiana Delgado Aguilar.
Agregó que las várices son el abultamiento o dilatamiento en el sistema venoso, sobre todo en las piernas, de hasta el 70 por ciento de los adultos.
La causa -describió la especialista- es que las venas en lugar de hacer su función normal, que es regresar la sangre al corazón, desde el pie hasta dicho órgano, la realiza en contrario, es decir, se forman “goteras” o regreso del flujo sanguíneo (hipertensión venosa), formando las denominadas várices o protuberancias que sobresalen y son visibles por la piel de la pierna. “En lugar de subir la sangre, ésta baja o refluja, lo que dilata la vena”, reiteró.
La vena que con mayor frecuencia se enferma es la safena mayor, que va de la ingle al tobillo por la parte frontal de la pierna, así como la safena menor, que va en la parte posterior, además de sus ramificaciones. Para saber el punto de fuga hacemos un ultrasonido en consulta para mapear bien al paciente, especificó.
En cuanto a las etapas de la enfermedad venosa crónica, dijo que va desde la aparición de las “arañitas”, pasando por las várices o dilatamientos y hasta llegar a complicaciones como úlceras o trombosis, por lo que hizo un llamado a la población adulta a acudir en fases tempranas de la enfermedad a visitar al especialista en angiología y cirugía vascular y endovascular.
Expuso que la anterior fase de la pandemia y la temporada de calor provocaron un aumento en el número de crisis de várices, ya fuera por el reposo, inactividad física, además del calor, lo que propician que la sangre se estanque.
Respecto de otros factores que influyen en la aparición de várices son: pacientes con familia con várices (herencia), permanecer de pie por periodos prolongados, muchos embarazos, así como el sobrepeso y la obesidad.
En cuanto a los síntomas se ubican, la aparición de las “arañitas” en las piernas, edema (hinchazón), dolor, comezón, calambres, cambio de color, calor, cansancio y hormigueo en las piernas.
Delgado Aguilar hizo las siguientes recomendaciones para prevenir las várices: acudir con el especialista para la prescripción de medicamentos adecuados, elevar las piernas por periodos de tiempo, el uso de calcetas de compresión y atenderse en fases iniciales.
Reiteró que cuando se acude al especialista en fases tempranas o comienza la aparición de las famosas “arañitas” -que pueden ser tratadas en consultorio con escleroterapia o inyección de soluciones-, existen altas posibilidades de evitar la cirugía.
Sue Tatiana Delgado Aguilar, aprovechó para dar a conocer la realización del próximo Congreso Vascular a celebrarse el 24 y 25 de agosto en el Auditorio de Ciudad Universitaria de esta ciudad, dirigido a médicos de primer nivel, enfermeras, paramédicos, especialistas y a todo el personal de salud.
Respecto al tema de las cirugías, efectuadas para atender fases intermedias o con complicaciones, se realizan diversas técnicas, que van desde el uso de calor o térmicas y en frío. En las primeras, se usa calor laser o radiofrecuencia, donde a través de una punción se introduce un catéter y genera calor en la vena, lo que hace que disminuya la dilatación de la misma; mientras que, en la segunda, también bastante segura, es a base de pegamentos o espumas. Por medio de una pistola, se punciona e introduce un catéter para realizar un disparo del medicamento o pegamento.
Antes, describió, se realizaba una cirugía mayor y abierta denominada safenectomía, pero ahora se realizan cirugías de mínima invasión, sin heridas grandes, ambulatorias, que duran poco tiempo y la recuperación del paciente es inmediata puesto que no necesita reposo, sino que después de la anestesia, es parado a deambular para regresar a casa.
Subrayó que el asunto de las várices va más allá de lo estético, sino de la recuperación de la funcionalidad normal venosa. Si bien es cierto que las mujeres dejan de usar falda, vestido o traje de baño por lo visible de las várices en las piernas, las complicaciones mayores de éstas son la aparición de las úlceras o la generación de trombosis.
Si la enfermedad venosa crónica se deja avanzar por años, se convierte en varices, que se complica con ulceras y lo más severo es la trombosis. A mayor dilatación de venas, aumenta riesgo de trombosis o coágulos de piernas, advirtió.
Argumentó que además las várices son más frecuentes en mujeres que en hombres, pero que las mujeres llegan en etapas más tempranas a atenderse, en fase de “arañitas”, respecto de los hombres que acuden en fases tardías o con úlceras.
“La proporción es de seis mujeres por cada cuatro hombres que sufren de várices; pero cuatro de las seis mujeres llegan en fase de ‘arañitas’ y solo dos requieren cirugía, mientras que, en los hombres, los cuatro llegan en etapa tardía”.
Finalmente hizo un llamado a evitar el uso de remedios caseros a base de plantas, espray o productos “milagrosos” que constituyen un engaño al paciente y que solo agravan la enfermedad, que van desde pomadas, uso de sustancias químicas que provocan quemaduras, entre otros.