Isidro Galicia.
Una de las voces de mayor peso opositor al gobierno de Michoacán es el diputado federal Francisco Huacus. Las falaces y fallidas medidas para abatir la inseguridad, han sido el punto de polarización y desencuentro político entre el perredista y el gobernador del estado.
Antes integrante de la coalición oficialista, el hoy legislador federal es observado como uno de los actores políticos indómito ante el gobierno y a sus ocurrentes prácticas de decisión en materia de seguridad.
Cómo él, ningún otro legislador o partido opositor a Morena en Michoacán se atreve a confrontar las ideas y argumentar las críticas que exhiban la permanentes actitudes de indolencia e impericia para resolver una de las demandas más sentidas de la población.
David el diputado que se resiste a someterse a la arrogancia y frivolidad de un gobierno que se asume transformador, mantiene su posición crítica y que visibiliza a la menor situación, los errores de una administración que a pulso se confirma como un gobierno que carece de autoridad y legitimidad ante los ciudadanos.
La atmósfera de control político que intenta imponer el gobernador no ha logrado su propósito de someter a Huacus y a su retórica ácida, que pone en tela de julio los ínfimos resultados y que sitúan a la población bajo permanente riesgos por la inseguridad.
Mientras todos callan como momias, Francisco Huacus se constituye como un político antagónico y adversario de un gobierno ocupado más en la destrucción de los opositores, que en resolver lo más apremiante para el pueblo michoacano.
