La Asamblea Nacional del PRI se vistió de luto, para su funeral, para darle la estocada final, a un partido con historia, que quiérase o no, ha sido pilar de México, con buenos y malos gobiernos.
Alejandro Moreno, no reconoció, en ningún momento las derrotas que ha sufrido el PRI bajo su mandato, ignorando la pérdida de 18 de las 22 Gobiernos estatales que gobernaba el PRI en los últimos 6 años, arrancando su discurso colmado de una emoción exagerada, pretendiendo que su “auto-destape a la Presidencia de la República” frente a un auditorio plagado de serviles lacayos entrenados para exclusivamente corearlo, fuera el tema por el cual se les había convocado.
La XXIII Asamblea Nacional del PRI, solo fue una simulación, porque no se prestó a modificar ni una coma a los documentos básico; tampoco, no se recogieron ni las causas sociales expresadas por los militantes del PRI en las famosas Asambleas Estatales, de nueva cuenta se le dió la espalda a la militancia, quien aun guardaba con recelo que en la Asamblea Nacional existieran cambios de fondo; que se escuchara su voz, porque ese partido aun tenia una esperanza, esa militancia ávida de proyectos con miras al futuro y con el firme propósito de reconstruir su partido para intentar ganar las próximas elecciones del 2022, 2023 y sobre todo el 2024.
Pero, valdría la pena responder estas preguntas: ¿Cuales son los verdaderos intereses que tiene Alejandro Moreno? ¿A qué Partido realmente defiende? o mejor dicho ¿Qué tanto le podrá deber al de arriba? Por que ni siquiera se atrevió a mencionar las “obras faraónicas”? pues tan solo las mencionó en general, “haciéndole creer a los aplaudidores” que, “él es, un real opositor”, pero ¡NO!
Para nadie paso desapercibido que la simulada Asamblea, Alito demuestró que su lealtad está con él y NO con los PRI y menos con la militancia y los ciudadanos o sus causas sociales. ¡Su discurso está lleno de mentiras, engaños, empezando por decir que “El PRI era el partido más grande de México”.
La simulación fue programada y bien planeada; dejando planchadas las mesas temáticas nacionales, los discursos se enfocaron en el “gran descubrimiento” de que el PRI es “Social Demócrata”, aunque todos los priistas han sabido que eso, ya estaba plasmado en la declaración de principios y el programa de acción, porque están fundados en el nacionalismo revolucionario.
¡El PRI siempre ha sido de centro izquierda!
También se ignoró todo lo que seguramente, manifestaron los militantes en las mesas municipales y estatales. Y los “resultados” que presentaron, NO provienen de los priistas. ¡No se habló de las causas que les aquejan a los mexicanos, ni en temas prioritarios como la salud, después de la pandemia; ni la inseguridad en la que se vive en todo el territorio nacional y en especial en Michoacán, ni en su pobre economía, la inflación… Es más, ni siquiera se habló de la organización del Partido!
La Asamblea del PRI solo le sirvió a Alejandro Moreno para autodestaparse como “candidato a la Presidencia de la República”, haciendo el papel de esquirol para quitar de en medio, a todos los candidatos que le estorben a “la candidatura de la 4T”.
Hay que señalar también que la Asamblea fue escrupulosamente bien cuidada, solo asistieron jóvenes recién llegados al PRI, haciendo a un lado a los militantes mayores, y que por cierto de los cuatro gobernadores que aún tiene el PRI, solo asistieron los llamados “delfines de AMLO”, Murat y Fayad; quienes sin lugar a dudas, entregarán sus estados Oaxaca e Hidalgo, a la 4T.
Finalmente fue una asamblea fría, sin cambios de rumbo, con certidumbre, sin debate, sin participación de las bases, los delegados solo fueron espectadores, sin voz, ni voto… Muchos dicen que la Asamblea fue… el Funeral del PRI.