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    Hasta medio millón cuesta atender a un solo paciente con diabetes en México: Dr. Maximino César Jiménez.

    Contempla hospitalizaciones por complicaciones de ceguera, pie diabético y renales.

    Morelia, Mich., a 14 de noviembre.- Tras destacar que México es un país enfermo por la alta incidencia de sobrepeso, obesidad, diabetes mellitus y sus complicaciones, como retinopatía diabética, amputaciones de pie diabético e insuficiencia renal crónica, el médico general Maximino César Jiménez Zavala, Presidente del Instituto Nacional de Educación Médica Continua (INEMEC) en Michoacán, urgió a los poderes legislativos, tanto estatal como federal, a etiquetar mayores recursos al primer nivel de atención médica en el país, es decir, a la prevención.

    En el marco del Día mundial de la diabetes, Jiménez Zavala aseguró tajante que a lo largo de la humanidad, la diabetes mellitus ha matado a más gente que las guerras e incluso que el COVID-19.
    “Es la verdadera pandemia, ante la cual, desgraciadamente, nos hemos acostumbrado y hemos perdido la capacidad de asombro”, lamentó.

    Respecto a los altos costos de “la verdadera pandemia”, como la calificó, evaluó en forma aproximada que un solo paciente diagnosticado de diabetes mellitus genera un gasto al sector salud mexicano de cinco mil pesos mensuales tan solo en la suministración de medicamentos, es decir, un total de 60 mil pesos al año.

    Expuso que la cifra aumenta a 250 mil pesos al año si ese paciente requiere de varias hospitalizaciones y que el costo aumenta en forma desmedida hasta 500 mil pesos anuales, en caso de que requiera de atención hospitalaria de sus complicaciones como retinopatía diabética y amputaciones solamente.

    Costo aparte es la atención de la insuficiencia renal crónica con algún tratamiento sustitutivo de la función renal como la hemodiálisis, dado que una sola sesión oscila en los 2 mil 500 pesos y el paciente con IRC requiere de tres a la semana, lo que se traduce en 7 mil quinientos pesos semanales, 30 mil pesos mensuales o 360 mil pesos anuales.

    Criticó que mientras los recursos en este país se etiquetan para “obras de relumbrón” con carga electoral, se ha descuidado el renglón de la prevención de enfermedades y la promoción de la salud, como base fundamental de la salud de los mexicanos, lo que ha llevado a México a erigir” monumentos a la atención de enfermedades”, como calificó a los hospitales, cuando el camino correcto es invertir mayores recursos en clínicas, centros de salud y unidades de medicina familiar, es decir en la medicina preventiva.

    Lamentó que se rasure el presupuesto en el renglón de salud para la atención de una enfermedad tan grave como la diabetes y que es completamente prevenible. “México no requiere de etiquetado en los envases de los productos alimenticios sino apostarle en la educación en salud, que esa se da en el primer nivel de atención y en cambio invertimos en la construcción de hospitales para la atención de las enfermedades cuando es mejor y más barato apostarle a la prevención”, aseguró.
    México va en el camino incorrecto en la atención de la diabetes mellitus, subrayó.

    Dio a conocer que México ocupa actualmente el 27 lugar en incidencia de diabetes en el mundo y se estima que para el año 2025 ocupe el lugar 25, dado que “somos el primer lugar mundial en obesidad infantil y el segundo en obesidad en adultos, así como el primer lugar mundial en el consumo de bebidas y refrescos endulzados”, lamentó.

    Describió que la carga genética en los mexicanos, negativos hábitos alimenticios, carencia de actividad física y el sedentarismo que ha producido el confinamiento por el COVID-19, incrementará la diabetes y sus comorbilidades en los próximos años.

    Definida por el paciente, la diabetes mellitus, como “azúcar en la sangre”, sus principales síntomas son: pérdida de peso, aumento de apetito y exceso de la orina. Es la deficiencia de insulina o resistencia a la misma en el organismo.

    En la práctica médica, el responsable de un consultorio acude en primera instancia a estudios auxiliares de diagnóstico como son: hemoglobina glucosilada y química sanguínea, los cuales no deben de rebasar de 5.6 y 100, respectivamente.

    Sin embargo, agregó Jiménez Zavala, vemos pacientes con dichos indicadores rebasados y acuden al médico cuando ya han acudido previamente con curanderos, chamanes o yerberos. “El tratamiento de la diabetes no es con plantas o limpias espirituosas. No existe tratamiento milagroso sino que este debe ser como un médico de consultorio”, acotó

    Ante ello, abundó, los pacientes llegan tardíamente al consultorio, hasta con 5 años ya de padecimiento, cuando afloran alteraciones vasculares que derivan en amputaciones, insuficiencia renal crónica que genera disfuncionalidad en sus riñones o que ante la pérdida de la visión, son enviados a cirugía de cataratas, en su caso.

    Ejemplificó que de diez pacientes que acuden a consultorio de primer nivel de atención, cuatro no siguen el tratamiento en forma adecuada y seis se cuidan en forma correcta.

    Y reiteró: México va en el camino incorrecto en materia de prevención de enfermedades como la diabetes mellitus, lo que lo hace ser un país enfermo y cuyas autoridades han descuidado al primer nivel de atención médica. Sin salud no hay progreso, finalizó.

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